Duchas y lavaojos de emergencia: dónde y cuándo son obligatorios
Las duchas y lavaojos de seguridad son elementos de protección fundamentales en entornos como laboratorios y otros donde se trabaja con productos químicos. Estos dispositivos permiten preservar la integridad de los empleados proporcionando un elemento para actuar de manera rápida sobre derrames, proyecciones o salpicaduras. Aun así, este tipo de equipos debe cumplir con la normativa vigente para que sean adecuados para cumplir con el cometido. En cualquier caso, una ducha o lavaojos de emergencia nunca vendrá a sustituir totalmente a todos los equipos de seguridad personal que complementan todos los riesgos laborales.
Qué es una ducha y lavaojos de seguridad
Las duchas y lavaojos de seguridad permiten emitir una cantidad de agua suficiente para bañar la cara y ojos de un trabajador afectado, así como otras partes del cuerpo como piernas o brazos. El principal objetivo de este dispositivo es descargar eficazmente una cantidad de agua capaz de eliminar sustancias químicas o diluirlas hasta hacerlas ofensivas o extinguir llamas.
Características principales de las duchas y lavaojos de emergencia
Las características propias de las duchas de emergencia son que el caudal mínimo, según recomendación, sea de 114 litros de agua por minuto durante un mínimo de 15 minutos. Este agua debe estar en temperaturas que pueden ir desde los 15 a los 35 grados ya que se debe evitar de, en el caso de que existan quemaduras, enfriar demasiado a la persona que las ha sufrido.
El mecanismo de apertura debe ser accesible y rápido con un cabezal de al menos 20 centímetros de diámetro. La instalación en su conjunto debe ser también visible y fácil de acceso para todos los trabajadores y señalizada debidamente. Todos estos elementos están dispuestos para que esta ducha tenga el agua suficiente, a una temperatura que permita al trabajador limpiándose la mayor cantidad posible de forma cómoda y que el lugar habilitado para la instalación de la ducha sea fácil de encontrar y cerca, a no más de 10 metros del sitio de trabajo para que el tiempo entre un hipotético accidente y la ducha no sea mayor a los 15 segundos.
Para el uso de este tipo de elementos todos los trabajadores deben estar informados de su ubicación y formados sobre su uso. Lo que incluso es recomendable es ejecutar periódicamente simulacros y eventos que señalen con aún más antelación su uso ya que cuando sucede el accidente, la reacción debe ser muy rápida.
Tipos de duchas y lavaojos
Las duchas de seguridad, teniendo como elemento común las características sobre agua y accesibilidad que les son propias, pueden diferir en su método de fijación, que puede estar fijada al muro o puede fijarse al suelo. Ambas modalidades dependerán de las características del propio lugar de trabajo, adaptándose al mismo para que sean lo más útiles en cada entorno.
Además de la propia ducha, se incorpora también un lavaojos de emergencia que sirve para actuar de forma más rápida sobre la cara. Esto sirve para complementar el uso de ambos dispositivos y que la seguridad y rapidez de actuación sea mayor en función de las necesidades propias de cada laboratorio.
Además del agua propia de las duchas y los lavaojos, existen otro tipo de soluciones salinas o tampón y líquidos que complementan para efectuar la mejor limpieza y actuación ante el accidente. En este caso se deberá analizar el tipo de laboratorio debido a que es necesario saber el pH del líquido que puede afectar al trabajador.
Dónde y cuándo son obligatorios: normativa
En este sentido, hay normas que rigen la instalación de este tipo de dispositivos en entornos como laboratorios, o lugares donde se actúa con líquidos, químicos y materiales corrosivos que son la normativa y normas que regulan cómo están fabricados y cómo deben ser. Las normas UNE sobre lavaojos y duchas de emergencia son básicamente 4: UNE-EN 15154-1 (la que regula su aplicación en laboratorios), UNE-EN 15154-2 (especial para los lavaojos), UNE-EN 15154-3 (duchas que no están conectadas a la red de agua) y UNE-EN 15154-4 (lavaojos no conectados a la red de agua).
UNE-EN 15154-1: estipula que el caudal del agua debe ser un mínimo de 60 litros minuto durante 15 minutos, que el agua debe ser potable o similar y no dañar al usuario con su velocidad. La temperatura en este caso debe estar en torno a 15 grados y con la alcachofa a 2000 mm del suelo. Esto regula también el espacio libre que deben tener, con unos 400 mm desde la línea central de la alcachofa.
UNE-EN 15154-2: en el caso de esta normativa, que aplica a los lavaojos, el caudal del agua debe ser un mínimo de 6 litros durante 15 minutos, estando la altura del chorro entre 100 y 300 mm desde el centro de la tobera con una calidad de agua potable o similar. La temperatura del agua debe estar en torno a los 15 grados con una distancia a la pared u obstáculo mayor a 150 mm. La válvula debe abrir en un solo paso en menos de 1 segundo y su accionamiento debe ser grande y visible. En cuanto a las toberas de salida debe permitir mantener los párpados abiertos durante el rociado.
UNE-EN 15154-3: aquí el fluido de lavado debe ser al menos no tóxico y con un caudal que asegure el lavado. Las duchas fijas deben tener 100 litros de agua mínimo, las transportables 15 litros y las portátiles 10 litros mínimo.
UNE-EN 15154-4: en los lavaojos la principal característica es que el volumen de líquido en los portátiles debe tener un mínimo de 400 ml de agua y en los personales mínimo 150 ml.
Además de estas normas específicas para la instalación de duchas y lavaojos, existe la nota técnica NTP 500. Esta es la encargada de proponer los elementos de actuación necesarios en los laboratorios, estos van desde las citadas duchas de seguridad, fuentes lavaojos, mantas ignífugas, extintores y equipos para realizar la ventilación de emergencia. Toda la normativa asegura mediante elementos obligatorios y recomendaciones entornos seguros en los laboratorios donde se efectúan labores con químicos.
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