Tejido ignífugo por tratamiento vs. inherente

21 de marzo de 2022

Vestuario laboral

Tejido ignífugo por tratamiento vs. inherente

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Si bien el término tejido ignífugo es abiertamente conocido como aquél que resiste la acción del fuego. No todas las personas saben lo que hay más allá de esta simple propiedad que lo ha convertido en un componente esencial de los equipos de protección individual para el entorno laboral.

¿Sabías que un tejido ignífugo puede serlo de dos formas? Los tejidos tienen la capacidad de ser ignífugos de forma inherente o alcanzar la propiedad tras recibir un tratamiento específico. Conocer estas dos clases de tejidos resulta esencial para elegir el vestuario laboral adecuado para ejercer tu profesión, ya que sus propiedades son diferentes. Es precisamente esta confusión la que lleva a los trabajadores en muchas ocasiones a recurrir a tejidos de algodón 100%, que, si bien resiste a altas temperaturas, no ofrece la protección adecuada.

Para ayudarte a elegir la ropa más adecuada para protegerte del calor y el fuego vamos a hablarte sobre los tipos de tejidos ignífugos, sus propiedades y la normativa que han de cumplir para garantizar tu seguridad en el trabajo.

¿Qué es el tejido ignífugo?

A grandes rasgos podemos decir que el tejido ignífugo es aquél que protege frente a la llama directa, al fuego repentino o al arco eléctrico, que disminuye el estrés térmico y que provoca la extinción inmediata del fuego al eliminar la fuente de ignición.

Su uso en el vestuario laboral permite la protección térmica de las zonas expuestas, evitando de esta forma quemaduras de diversa consideración en el trabajador. Este tejido debe proteger al trabajador al menos de uno de los tres tipos de calor:

  • Calor convectivo es el que proviene del aire cuando se está en el entorno de algo concreto que se está quemando
  • Calor radiante es aquel que proviene de una fuente a muy altas temperaturas como un incendio o un horno de metal
  • Calor conductivo el que se produce por contacto con superficies calientes.

Y, aunque tradicionalmente se ha recurrido al algodón para los equipos de protección individual frente al calor y al fuego, lo cierto es que hoy en día los tejidos ignífugos necesitan cumplir numerosas normativas para ser considerados como tal.

¿Cuándo debo usar un tejido ignífugo?

Puede que la pregunta resulte un tanto evidente, pero la verdad es que en el ejercicio de la actividad laboral pueden presentarse pequeños riesgos que pasan desapercibidos pero que, aun así, requieren el uso de este tipo de tejido.

La utilización de equipos de protección individual confeccionados con tejidos ignífugos está indicada para actividades como la refinación de petróleo, la minería, la prestación de servicios públicos de gas natural, la perforación de petróleo y gas, la extinción de fuegos, los trabajos de electricidad a nivel industrial o el trabajo en empresas de servicio eléctrico.

Pero, sin duda, si hay algo que tienen en común las prendas confeccionadas con tejidos ignífugos, más allá de la protección que ofrecen al usuario, son las normativas que estas han de cumplir para recibir su correspondiente homologación y poderse utilizar a nivel profesional. Cada una de estas normativas supone la certificación de la protección del individuo al utilizar la prenda.

Normativa y certificaciones a tener en cuenta

La primera de las normas esenciales es la UNE EN ISO 11612:2008. Esta norma certifica que la ropa protege al usuario contra el calor y el fuego. Sin embargo, esta norma no incluye las protecciones para la cabeza, las manos y otras zonas específicas del cuerpo, por lo que se recomienda su uso para que dichas áreas no queden expuestas. Esta es la ropa más indicada para aquellos que trabajan en industrias o realizan trabajos de electricidad.

La siguiente norma a tener en cuenta al elegir vestuario ignífugo es la UNE EN 11611. Las prendas con esta certificación protegen al trabajador de las chispas y el contacto breve con el fuego. Además, también minimizan el riesgo de descarga eléctrica por contacto breve y accidental. Lo mejor es optar por prendas que cubran todo el cuerpo para una mejor protección. En caso de utilizarla en procesos de soldadura se recomienda además el uso de protección adicional para la cabeza, manos y parte frontal del cuerpo.

Otra certificación fundamental que han de tener los tejidos ignífugos es la que otorga la norma EN ISO 1149-5:2008 que regula los requisitos que deben cumplir los materiales y el diseño de la ropa de protección con disipación electroestática. Además, las prendas confeccionadas con tejido ignífugo deben obtener la certificación que otorga la norma EN ISO 61482 para especificar los valores de protección que deben cumplir las prendas y tejidos frente al arco eléctrico.

A estas normativas se unen otras como la ISO 15384, que es la encargada de especificar los métodos de ensayo y requisitos mínimos de prestaciones de la ropa de protección diseñada específicamente para proteger el cuerpo a excepción de la cabeza, manos y pies en la lucha contra los incendios forestales; O la norma UNE EN 15614 que describe los requisitos ergonómicos y de confort para las prendas; O, la UNE EN 469 que regula las prendas de protección utilizadas por los bomberos durante el ejercicio de su trabajo.

Para obtener su certificación la prenda debe cumplir con los requisitos:

  • Propagación de la llama.
  • Transferencia calor llama.
  • Transferencia calor radiante.
  • Resistencia residual.
  • Resistencia al calor.
  • Resistencia a la tracción.
  • Resistencia en costuras.
  • Resistencia al desgarro.
  • Repelencia superficial.
  • Cambio dimensional.
  • Penetración de líquidos químicos.
  • Penetración de agua.
  • Resistencia al vapor de agua.

Sin duda una normativa exigente para garantizar la eficiencia en la protección que ofrecen las prendas confeccionadas con tejidos ignífugos.

Tipos de tejido ignífugo: inherente o por tratamiento

Aunque todos los tejidos ignífugos confieren protección frente al fuego y el calor, y están indicados para la elaboración de equipos de protección individual, lo cierto es que se pueden clasificar en dos grandes grupos: tejidos ignífugos inherentes y tejidos ignífugos por tratamiento.

Los tejidos ignífugos inherentes son aquellos que se elaboran con fibras ya ignífugas desde el momento de su fabricación mediante una modificación de sus polímeros. La protección que confieren estos tejidos es permanente, sin perder efectividad con el uso.

Por otra parte, los tejidos ignífugos por tratamiento lo son por la aplicación de un tratamiento de acabado que le confiera la propiedad de resistencia al fuego. Lo habitual es que este tratamiento se realice mediante un proceso de reacción química, impregnación (por absorción, saturación o a presión) o mediante un recubrimiento del tejido. Al contrario de lo que ocurre con los tejidos ignífugos inherentes, estos pueden perder efectividad con el uso y el lavado de las prendas.

Algunos de los tejidos ignífugos inherentes más utilizados en la fabricación de equipos de protección individual son las aramidas y la viscosa FR. Las primeras son fibras sintéticas muy robustas y resistentes al calor que suelen utilizarse en la ropa de bomberos, militares o trabajadores industriales. Por otra parte, la viscosa FR ofrece protección permanente gracias al compuesto retardante de la llama que se agrega a sus fibras durante la fabricación.

En lo que respecta a los tejidos ignífugos por tratamiento lo más comunes son el algodón y las mezclas de algodón y nylon. Estas fibras se tratan con un polímero que les da las propiedades ignífugas y de protección que exigen las normativas. Son las más comunes ante el riesgo de exposición de arco eléctrico, incendio repentino o soldadura.

Ventajas del tejido ignífugo inherente vs. tejido ignífugo por tratamiento

Si bien es cierto que todas las prendas de protección fabricadas con tejidos ignífugos y certificadas por las normativas antes mencionadas protegen de manera eficiente al trabajador, no podemos negar que existen ciertas ventajas y desventajas en ambos casos.

  • Ventajas del tejido inherentemente ignífugo:
    • Protegen eficientemente contra el calor y el arco eléctrico.
    • No se aprecia desgaste estético a pesar de los lavados.
    • No pierden su capacidad de protección con el uso.
    • Son más ligeras y confortables.
    • Tienen una mayor durabilidad.
  • Desventajas del tejido inherentemente ignífugo:
    • La protección contra las salpicaduras metálicas es más reducida.
  • Ventajas del tejido ignífugo por tratamiento:
    • Buena protección frente a salpicaduras metálicas.
    • Buena protección frente al calor y al arco eléctrico.
    • Buena relación calidad precio.
  • Desventajas del tejido ignífugo por tratamiento:
    • Exigen alta rotación por desgaste.
    • Pierden efectividad con el tiempo.
    • Más pesadas y menos confortables.

Teniendo en cuenta estos detalles no podemos asegurar que un tejido sea mejor que el otro, sino dejarlo a juicio del trabajador que utiliza estas prendas cuál es la que le resulta más adecuada a sus necesidades.

La importancia de la eficacia

No cabe duda que, a la hora de buscar un equipo de protección individual con propiedades ignífugas, lo más importante es que cumpla su función de forma efectiva. Encontrar la prenda adecuada fabricada con el material adecuado puede llevar tiempo, pero la máxima debe ser siempre la misma, garantizar la seguridad del trabajador.

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