Protección auditiva

• La pérdida de audición es una de las enfermedades profesionales más comunes, un factor que deteriora nuestros oídos mucho más que la vejez. Un mal uso durante un corto periodo al día produce las mismas consecuencias prácticamente que el no uso por completo.
• Es por ello que la protección auditiva, ahora clasificada como «ruido nocivo» (riesgo), pasó de ser un EPI de categoría II a la categoría III.

Lo primero que debemos hacer es medir el nivel de ruido que tenemos en el puesto de trabajo, para después calcular nuestro Nivel de exposición diario (L_Aeq,d) así como valor pico (L_pico). En función  de estos valores la ley nos dice:

• L_Aeq,d ≤ 80dB, L_pico <135dB. No es obligatorio la disposición ni el uso del EPI.
• 80 < L_Aeq,d ≤ 85dB, 135dB< L_pico ≤ Disposición obligatoria, uso voluntario.
• L_Aeq,d > 85dB, L_pico > Obligatoria la disposición y el uso del EPI.

• Todos los equipos ofrecen un valor de atenuación en dB (SNR), que deberemos restar a la exposición diaria o pico a la que estemos expuestos, de forma que nos aseguremos que en ningún caso sobrepasamos los valores límite de L_Aeq,d > 87dB, L_pico >140dB.
• Además de esto, debemos considerar otros factores del puesto de trabajo así como propios de cada trabajador, para elegir el formato que más se adecue en cada caso (desechable/reutilizable, tapones/orejeras/acople a casco, dependiente de nivel, con comunicación, etc)